MÁS QUE UN PARO DE TRANSPORTES: UN PARO SOCIAL QUE SACUDIÓ LIMA Y AL PAÍS ENTERO

Bodegueros, mototaxistas y emprendedores se sumaron al paro de transportistas del 10 de octubre, mostrando un colapso masivo del transporte y otros sectores económicos. La inseguridad y extorsión siguen sin respuestas claras del gobierno.

Mercados cerrados y calles vacías durante el paro de transportistas en Perú 2024.

El paro de transportistas del 10 de octubre ha sacudido la capital peruana. Ha paralizado casi el 90% del transporte en Lima y diversas regiones del país. Lo que comenzó como una protesta por la inseguridad que afecta al sector transporte, rápidamente se convirtió en un paro social masivo.

A la huelga se unieron gremios de mototaxistas, bodegueros, vendedores de mercados y emprendedores, quienes también exigen soluciones inmediatas a la ola de extorsiones y sicariato que ha escalado sin control. Las calles vacías y el cierre de comercios reflejan el alcance de esta manifestación. Además, muestran el impacto directo en la economía local.

Extorsión y sicariato: El detonante del paro de transportistas en Lima el 10 de octubre

El motivo principal detrás de la movilización es la inseguridad que afecta a diversos sectores laborales, donde los trabajadores enfrentan amenazas constantes de extorsión y violencia. Los líderes gremiales, como Miguel Palomino Pedraza, han denunciado que los transportistas viven en un estado de terror, y exigen medidas inmediatas del gobierno para frenar esta crisis. Sin una respuesta clara por parte del Ejecutivo, las tensiones continúan aumentando, y los manifestantes han advertido que, de no obtener soluciones, las movilizaciones podrían escalar a un nivel más radical, poniendo en riesgo la estabilidad del gobierno de Dina Boluarte.

Protesta de transportistas en Perú el 10 de octubre 2024 en las calles de Lima.

Impacto del paro de transportistas en Lima y respuesta del gobierno

Las calles de Lima amanecieron desoladas, con mercados cerrados y transporte detenido. Pese a las declaraciones del primer ministro Gustavo Adrianzén, quien insistió en que la situación estaba controlada, las imágenes de centros comerciales vacíos y una capital semiparalizada mostraron una realidad muy diferente.

El gobierno aún no ha dado una respuesta contundente a las demandas de los manifestantes, y los gremios ya han anunciado que, si no hay soluciones rápidas, las movilizaciones se intensificarán. Esto podría llevar a una situación de crisis más profunda, con implicaciones políticas severas para el futuro de Dina Boluarte y el Congreso​.

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