Los ataques entre Israel e Irán estallaron con fuerza cuando cientos de misiles iraníes cayeron sobre varias ciudades, generando temor a que este conflicto pueda desatar una tercera guerra mundial.
Los recientes ataques entre Israel e Irán están generando preocupación internacional por el riesgo de una tercera guerra mundial. El 1 de octubre de 2024, Irán lanzó una ofensiva masiva de casi 200 misiles balísticos contra Israel, marcando un punto álgido en la escalada de tensiones entre ambos países. Este ataque, denominado «Operación Promesa Verdadera 2» por Irán, fue una respuesta directa a las recientes acciones militares de Israel, que incluyeron el asesinato de altos líderes de grupos aliados de Irán, como Ismail Haniyeh, líder de Hamas, y Hassan Nasrallah, jefe de Hezbollah.
Los misiles impactaron varias zonas de Israel, incluyendo Tel Aviv, Jerusalén y la base aérea de Nevatim en el desierto del Negev. Aunque el sistema de defensa israelí interceptó la mayoría de los proyectiles, algunas instalaciones civiles, como una escuela en Gedera y un restaurante en Tel Aviv, sufrieron daños. Dos israelíes resultaron heridos y un hombre palestino murió en la Cisjordania ocupada.
Los ataques Israel Irán representan una escalada peligrosa, con muchos analistas temiendo que el conflicto provoque una tercera guerra mundial. Este ataque no solo representa un desafío militar, sino que también ha provocado una fuerte reacción política. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que Irán «pagará caro» por este ataque, mientras que Estados Unidos, a través de su presidente Joe Biden, reafirmó su compromiso de defender a Israel, desplegando sistemas defensivos adicionales para interceptar misiles iraníes. Las fuerzas estadounidenses ya habían ayudado a derribar algunos de los misiles durante el ataque, utilizando destructores en el Mediterráneo.
Irán, por su parte, justificó su ataque como una acción de «autodefensa» en respuesta a las agresiones israelíes y advirtió que cualquier represalia israelí sería respondida con una «respuesta aplastante». Mientras tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU programó una reunión de emergencia para discutir la situación, que amenaza con desatar un conflicto aún mayor en la región, involucrando no solo a Israel e Irán, sino también a sus respectivos aliados en el Líbano y otros países del Medio Oriente.
La comunidad internacional observa con preocupación este enfrentamiento, temiendo que las tensiones deriven en una guerra a gran escala, con el potencial de desestabilizar toda la región y afectar gravemente la economía global.