Y tenemos al peor ministro de los últimos años
El sistema de salud en el país es crítico: hospitales sin recursos, citas médicas que tardan meses, y pacientes que fallecen antes de ser atendidos. A esto se suma la formación deficiente de algunos médicos. La ciudadanía queda desprotegida mientras el ministro César Vásquez se concentra en defender a la presidenta Dina Boluarte, ignorando la grave crisis sanitaria.

El ministro de Salud, César Vásquez, parece haber dejado de lado su responsabilidad de enfrentar la crisis sanitaria del país para concentrarse en la defensa de la presidenta Dina Boluarte. En lugar de enfocarse en mejorar la atención médica y resolver los graves problemas que afectan a hospitales y pacientes, el ministro ha optado por justificar la cuestionada gestión presidencial, relegando las urgencias del sistema de salud a un segundo plano.
Un claro ejemplo de esta falta de compromiso es el reciente caos en la evaluación del Servicio Rural y Urbano Marginal de Salud (Serums), donde una resolución promulgada a última hora afectó a miles de postulantes. Este desorden no solo evidenció la improvisación en el Ministerio de Salud, sino que dejó en claro que, bajo la dirección de Vásquez, las prioridades del sector están desalineadas con las necesidades reales de la salud pública.
El rol del ministro César Vásquez: decisiones bajo escrutinio
El ministro de Salud, César Vásquez, ha estado en el ojo de la tormenta tras la publicación de los resultados del Serums 2024-II, donde más del 68% de los postulantes desaprobaron el examen. Vásquez defendió los cambios en la evaluación, argumentando que buscaban incluir competencias en áreas como interculturalidad y salud pública, aspectos que, según él, no son suficientemente abordados en la formación universitaria. Sin embargo, esta postura no ha convencido a sectores claves del gremio médico.
La respuesta del ministro Vásquez al malestar generado por los resultados ha sido vista por muchos como un intento de desviar la responsabilidad. Al atribuir el alto índice de desaprobación a la falta de preparación de los estudiantes por parte de las universidades, Vásquez declaró: “Si los profesionales jalan, es responsabilidad de quienes los forman”.
Por otra parte, sugirió que existía un conflicto de intereses por parte del decano del Colegio Médico. «“El único colegio profesional que está manifestando su posición en contra es el Colegio Médico y en cuanto al decano de la Facultad de Medicina de San Marcos, coincidentemente el decano del Colegio Médico es docente en San Marcos. Para mí, me queda claro que el interés no es político, sino económico, porque hay una utilidad bastante importante que supera los cuatro millones de soles al año solo en facultades de medicina«, acusó el ministro.
Estas declaraciones han sido severamente cuestionadas. La Universidad Nacional Mayor de San Marcos exigió una disculpa pública por lo que consideran «comentarios desatinados» que comprometen la imagen de las instituciones académicas y la salud pública.

Defensa del nuevo examen: ¿una reforma fallida?
Bajo la dirección del ministro Vásquez, el Minsa introdujo un examen con un enfoque renovado, destinado a corregir lo que el ministerio percibía como vacíos en la formación médica tradicional. No obstante, los postulantes al Serums se han quejado de que la evaluación incluyó preguntas poco relacionadas con la práctica médica, como regresión lineal y estadística, mientras que áreas fundamentales como vacunación y atención primaria fueron relegadas.

El ministro Vásquez ha insistido en que las reformas eran necesarias para asegurar que los nuevos médicos estén mejor capacitados para enfrentar los desafíos del primer nivel de atención en salud. Sin embargo, la precipitada implementación del nuevo examen, sumada a la filtración de imágenes del examen en redes sociales, ha llevado a muchos a cuestionar la capacidad del ministerio para gestionar un proceso tan importante.
Críticas a la seguridad y transparencia bajo la gestión de Vásquez
Las críticas al ministro Vásquez no solo se centran en el contenido del examen, sino también en la organización y seguridad del proceso. Según denuncias de los postulantes, hubo falta de control en las aulas donde se rindió el examen, permitiendo el ingreso de personas sin una identificación adecuada, lo que ha levantado sospechas de una posible filtración del examen. En respuesta, el Colegio Médico del Perú ha solicitado una investigación exhaustiva y ha calificado el proceso como un «acto negligente» por parte del Minsa.
El Colegio Médico ha advertido que las decisiones tomadas por Vásquez y su equipo podrían tener consecuencias graves para la formación médica y la salud pública en el país. Según el decano del Colegio Médico, Pedro Riega, “la improvisación en las políticas públicas no solo afecta a los profesionales, sino a la atención que recibirán las poblaciones más vulnerables”.
Además, el gremio médico ha señalado que el decreto supremo que habilitó el nuevo formato del examen es ilegal y ha presentado una demanda de acción popular para revertirlo. También han anunciado la elaboración de un proyecto de ley que busca garantizar la transparencia y equidad en la evaluación de los futuros médicos, una medida que podría limitar el poder del Ministerio de Salud para realizar cambios sin una consulta previa con los sectores involucrados.

Las decisiones del ministro César Vásquez han generado una controversia que va más allá de un simple examen. Sus decisiones erráticas, muestran la falta de liderazgo de un ministro que parece más preocupado en mantener contenta a la presidenta que en cumplir con su verdadera labor: cuidar la salud de los peruanos.